viernes, 30 de diciembre de 2011

Neplaxía


¡¡¡¡Hola a todos!!!! Tengo una noticia buena y otra mala. Empecemos con la mala, contra antes me la quite de encima mucho mejor.

No podré escribir durante estas fechas tan señaladas la historia de Neplaxía en el blog porque quiero pasar estos días con mi familia.

La buena es que ya se ha acabado la encuesta y que pronto comenzará la siguiente.
Pero antes de poner aquí los resultados les comunicó de que esta encuesta no tiene ningún fin, es decir, no influirá en lo que ocurrirá en la historia debido a que yo no puedo cambiar el rumbo que siga Neplaxía.
Pero la anterior aclaración no significa que sus votos no me importen, todo lo contrario, cada día intento buscar un hueco a mi apretada agenda para poder ver lo que ustedes han podido votar.

Que Verónica se quede embarazada 1 (12%)

Que Verónica sea la princesa 0 (0%)

Que Eric muera 3 (37%)

Que Gonzalo sea novio de Rebeca 0 (0%)

Que Rebeca sea la princesa 2 (25%)

Que Elena y Verónica sean hermanas 2 (25%)

Que Elena sea la princesa 0 (0%)


Eso es todo, espero que pasen una bonitas navidades y hasta pronto.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Capítulo 2 (Parte 10)


-No puede ser-dijo con un hilo de voz, contando una y otra vez los anticonceptivos de la caja-no es posible.
Verónica se sentó en su cama con los ojos como platos, había tenido relaciones sexuales sin protección ¿Qué iba a hacer la hora? ¿Y si se quedaba embarazada? Eso no era posible, Verónica se negaba a creerlo.
Cogió rápidamente el su móvil y marco, equivocándose una y otra vez, el teléfono de la única chica que la comprendería, su única verdadera amiga.
-Victoria, tengo que hablar contigo ¿Voy a buscarte a casa?
En el ordenador de Rebeca, en una conversación de tres…
Rebeca: Sabéis de sobra que Elena y Gonzalo hacen buena pareja, no seáis envidiosas.
Aurora: No somos envidiosas, listilla. Lo único que decimos es que Eric nunca lo permitirá.
Adriana: Aurora tiene razón.
Rebeca: No lleváis razón .Escucharme “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Ahora me tengo que ir a prepararle la merienda a mi hermano pequeño ¿Luego hablamos? Adiós guapas.
Aurora: Adiós guapísima
Adriana: Yo también me voy, tengo que hacer unas cuantas cosas. Bye.
Rebeca: ¬¬ ¿Qué cosas?
Demasiado tarde para que la contestase, Adriana ya se había salido de la conversación y se había desconectado, por lo que Rebeca también decidió apagar su ordenador.
Se levanto perezosamente de la silla de su habitación y salió de su habitación bostezando mientras se revolvía el pelo con una mano.
Ella sabía que llevaba razón, que Elena y Gonzalo se había fijado el uno en el otro nada más verse, lo que pasaba es que ellos todavía no se habían dado cuenta; pero para eso estaba ella y sus amigas, para demostrarle a Elena que hay más vida a parte de Eric.
-¿Me preparas ya la merienda, Rebe?
-Claro, pequeñajo-dijo revolviendo el pelo a su hermano pequeño.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Encuesta Cerrada

Queridos lectores:

Me gustaría comunicarles, aunque creo que ya lo saben, que la encuesta de que les parecía la historia esta definitivamente cerrada.
Es increible que hayan votado, nada más y nada menos que más de veinte personas. Para serles sincera pensé que votarían dos o tres personas.
Lo más increible es que el blog ha recibido quince votos positivos, lo que significa que ha ganado a los negativos (9 votos)
¿Qué quiere decir esto? Qué voy a seguir escribiendo la historia y lo hubiera hecho aunque los votos negativos hubiesen ganado a los positivos, ya que para mi escribir no es un trabajo que me cueste hacerlo...todo lo contrario, para mi escribir es una especie de hobbie que algún día espero que se convierta en mi trabajo u oficio.
Después de esto me gustaría decirles que no podré escribir la historia de Neplaxía en algunos días, pero en seguida volveré a subir capítulos, ya que he recibido varios e-mails pidiendome que suba más partes de los capítulos.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Capítulo 2 (Parte 9)


-¿Puede esperar un momento?-preguntó Elena al conductor abriendo la puerta del taxi.
-Claro, pero esto-dijo el hombre señalando el contador-seguirá subiendo.
-No se preocupe-respondió Elena suspirando.
Salió con una gran sonrisa en la boca, sabía que lo que estaba a punto de hacer era una buena obra; se acercó al señor que la observó sorprendido.
-Suba a mi taxi y tome-dijo Elena tendiéndole los veinte euros que llevaba-ya ha empezado a contar y eso ha sido por mi culpa.
-Pero…-el hombre no era capaz de articular palabra- ¿Por qué haces esto?
-Créame que no lo sé, supongo que a veces es bueno ayudar a la gente.
El hombre le cogió educadamente el dinero y le sonrió en muestra de agradecimiento, lo que provoco que Elena también sonriera mientras veía como se marchaba el taxi.
Miro el reloj de su muñeca. “Debo darme prisa, sino quiero que mi madre se preocupe sin necesidad”-pensó Elena echando a correr calle abajo.
En otro lugar de la ciudad, en la casa de Verónica.
-Ya estamos aquí-anunció Carla, la madre de Verónica, con voz cantarina.
-¿Dónde estás, hija?-pregunto su padre.
-Haciendo los deberes que “tú” nos has mandado-dijo Verónica saliendo de su habitación.
Su padre, Martín, sonrió ya que sabía perfectamente que no había mandado deberes, pero también sabía que su querida hija estaría estudiando alguna materia para no quedarse retrasada; siempre había sido la mejor de la clase, era de suponer que tener un padre profesor servía como influencia.
Verónica se sentó en el sofá de su casa y se puso a ver la televisión sin hacer mucho caso a los movimientos de su padre que preparaba a toda velocidad la clase de mañana. “¿Qué pensaría mi padre si supiera todo lo que ha pasado en mi habitación?”-pensó Verónica quedándose blanca como la pared.
Se levanto rápidamente del sofá y corrió a su habitación, cerrando la puerta tras ella. Abrió el cajón que tenía en su mesita de noche y cogía la caja de anticonceptivos que tenía en él.

Capítulo 2 (Parte 8)

Elena comenzó a caminar sin despedirse, aún sabiendo que Gonzalo la seguiría y no estaba equivocada a la hora de pensar en ello.
-Espera, venga no he querido decir eso-dijo Gonzalo agarrándola por el brazo.
-Pues lo has hecho.
-Ya lo sé, perdóname…no quiero estropear la tarde tan bonita que hemos pasado juntos.
-Te perdono, pero ahora debo irme-dijo Elena quitando suavemente la mano de Gonzalo de su brazos-hasta mañana.
-¿No quieres que te acompañe?
-Es mejor que vaya sola.
Gonzalo se paso la mano por la frente mientras observaba como Elena se marchaba, sabía que Elena se había molestado mucho, pero ahora era mejor dejarla sola para que se la pasase el enfado; mañana le preguntaría por su hermano.
Elena decidió no pensar en lo que acababa de pasar y sólo recordar la tarde tan bonita que había pasado con Gonzalo.
Decidió esperar en una parada de taxis para ir al hospital, estaba muy preocupada por su hermano ¿Cómo podían los niños ser tan malos con sus compañeros? Elena movió la cabeza de un lado para otro, solamente esperaba que su hermano se encontrase bien.
Pronto vio cómo un taxi paraba el tramo de acera que tenía delante, se metió en él y saludo educadamente al conductor que le correspondió con una bonita sonrisa.
El hombre no tendría más de treinta y cinco años y sí ella hubiese tenido unos diez años más incluso era posible que le hubiese interesado.
-¿Dónde quiere que la lleve, señorita?
-Al hospital de Mecuasi.
-Está bien-dijo poniendo en marcha el contador.
“Hay cosas que nunca cambian”-se consoló Elena al ver cómo se tendría que gastar los veinte euros que llevaba encima.
Se acercó a la ventana, mientras se ponía el cinturón, a través de ella pudo ver un señor muy mayor que esperaba impacientemente un taxi.

Capítulo 2 (Parte7)


Eric salió por la puerta sin despedirse de Verónica, que en cuanto Eric cerró la puerta de su dormitorio se echó a llorar sin poder consolarse.
-No puede ser, me niego a creerlo. Eric esta de verdad enamorado de Elena.
Eric sonrió al salir del dormitorio, cada vez se le daba mejor mentir…era cierto que se sentía culpable por haber tenido sexo con Verónica, pero al decir que quería a Elena se aseguraba de que Verónica mantuviera la boca cerrada y él podría seguir con su novia.
En un parque a las 18:00 horas, en un pequeño banco…
-¿Qué tal está tú helado?
-Elena, te recuerdo que lo hemos cogido del mismo sabor.
La chica soltó una carcajada por la frase llena de ironía de Gonzalo, ya que ella misma había cogido el helado de él sin preguntarle.
-No te enfades ¿Quieres que me lo coma yo?
Gonzalo se apartó de ella unos milímetros escondiendo su helado detrás de él, más tarde sonrió al observar a Elena poner los ojos en blanco.
-Es preferible que no, te recuerdo que he pagado yo un helado que ni siquiera me gusta.
-No haberme dado dinero, yo no te lo he pedido
El teléfono de Elena comenzó a vibrar en su bolsillo trasero de su pantalón, lo cogió entregándole el helado a Gonzalo, que lo sujeto sin pedir explicaciones.
Gonzalo observó a Elena mientras hablaba, que mantuvo el ceño fruncido durante casi toda la conversación, hasta que al final una expresión de sorpresa se poso en su cara y sus ojos hasta ese momento vivaces se tornaron para evitar las lágrimas.
-Está bien mama, tranquila…ya voy para allá.
El chico tiró los helados en una papelera al comprobar que se había terminado su tiempo para estar juntos, mientras que Elena volvía a guardar su móvil en su pantalón.
-¿Qué ha ocurrido?
-Mi hermano, ha tenido un ataque de asma y sus estúpidos compañeros le han quitado el inhalador.
-Te molesta mucho ¿No? Pensaba que los hermanos se solían llevar mal.
-¿Eres gilipollas o te lo haces?-Elena lo miro incrédula.

Capítulo 2 (Parte 6)

Anduvieron unos cuantos minutos en silencio, buscando algún tema de conversación pero se sentían tan a gusto el uno con el otro, que no se preocupaban si no lo encontraban.
En otro lugar, en una habitación, en una cama…
Eric se vistió rápidamente ante la el cuerpo desnudo de Verónica, que lo observaba como se movía rápidamente de un lugar a otro.
-¿A qué viene tanta prisa?
-Déjame Verónica. No te lo vuelvo a repetir, vístete.
-¿No te lo has pasado bien?
Eric intentaba no mirarla a la cara, estaba pasando la vergüenza de su vida; no sólo le había sido infiel a su novia sino que ahora tendría que salir corriendo porque los padres de Verónica estaban a punto de llegar a la casa.
-¿Cómo se lo vamos a decir a Elena?-preguntó Verónica sentándose en la cama con un camisón que se acababa de poner.
Eric se quedo helado ante la pregunta de Verónica, se acercó a ella y la zarandeo por los hombros intentándola hacerle entrar en razón.
-No le diremos nada ¿Entendido?
Verónica no entendía nada ¿No acababan de hacer el amor juntos? Ella no quería ser la amante de nadie, ni la segunda ¿Quería Eric que ella fuera la “otra”?
-Yo pienso seguir con mi vida, Verónica…esto me ha servido para darme cuenta que yo quiero de verdad a Elena. He llegado demasiado lejos y ya es hora de que esto acabe.
-Venga hombre, no seas así-Verónica cogió las manos de Eric y las puso en su nuca-¿No sientes nada por mi? No quieres besarme en este momento.
-Lo siento, pero Elena es mi novia y la quiero.
“¿¡Qué!?”-pensó Verónica. No podía creérselo, era cierto que Elena y Eric llevaban mucho tiempo juntos, pero él nunca la había querido y eso lo sabía ella de primera mano.
-¿La quieres?
-Verónica es tarde…

sábado, 3 de diciembre de 2011

Capítulo 2 (Parte 5)

-Cuantas veces te he dicho a ti y esa pandilla de subnormales que no me molestéis si me vais a dar malas noticias-dijo Damián cogiendo su arco y sus flechas-no volverás a decir nada más
Un grito agonizado resonó en toda la sala, algunos de los Pudriels entraron en aquella sala y se llevaron al cuerpo que yacía muerto sobre el suelo de la sala.
-Encontraré a esa princesa y la mataré con mis propias manos, entonces nada podrá preocuparme.

En la tierra, donde la tarde se estaba pasando entre risas…
-Elena ¿Me has traído a una tienda de juguetes? ¿No crees que somos un poco mayorcitos para eso?
-Nunca se es demasiado mayor para nada
“Nunca se es demasiado mayor para nada”-Gonzalo repitió las palabras de Elena en su mente, eran las mismas palabras que le había dicho su hermano mayor antes de que los Pudriels lo mataran.
-Ocurre algo, Gonzalo-dijo Elena pasando su mano por el brazo del chico-sí no te gusta la idea nos vamos.
-¿No te importa?-dijo Gonzalo, que después de acordarse de su hermano no le apetecía seguir en esa tienda.
-Por supuesto que no, no te preocupes ¿Dónde quieres que vayamos?
Gonzalo miró a Elena sorprendido, esa chica era increíble, no solo no se había molestado porque él quería irse sino que le daba otra alternativa que además elegiría él.
-¿Qué te parece un chocolate caliente?
-No está mal, pero estamos en octubre. Sigue haciendo un poco de calor cómo para tomarse un chocolate caliente ¿No crees?
-Cambia el chocolate caliente por un helado al aire libre, en un bonito parque que los dos elijamos.
Elena sonrió y los dos salieron de la tienda de juguetes. Elena había decidido ir a esa tienda porque le traía buenos recuerdos, pero la idea del helado era mucho más divertida.

Capítulo 2 (Parte 4)

-Como tú has dicho, Elena no está aquí ahora-Verónica sonrió pícaramente-mi casa no está muy lejos, a lo mejor me podrías ayudar con unas cuantas cosas.
Eric abrió los ojos de par en par ¿Cómo le podía estar proponiendo sexo si él tenía novia? Era cierto que Verónica estaba mejor que nunca y ese escote que se había puesto para quedar con él no había pasado por desapercibido, pero no podía hacerle esto a Elena.
-Te tomaba por un hombre valiente, Eric…pensaba que no tenías que dar explicaciones a nadie.
Verónica se separó de él con un gesto de fastidio, aún sabiendo que sus palabras serían decisivas para lo que ocurriría a continuación.
El chico la miro llenó de ira, él era un hombre valiente y no tenía que dar explicaciones a nadie,  por lo que la cogió fuertemente de la cintura y la beso en los labios.
Después de unos instantes, Verónica se separó exhausta por lo que acababa de pasar y eso la gustaba, no sólo estaba consiguiendo lo que quería sino que le iba a dar una lección a Elena.
-Tranquilo, deja toda esa pasión para dentro de un rato-dijo Verónica con un tono muy peculiar en su voz.
Los dos echaron a andar hacía casa de ella, Verónica pensando en la cara que se le quedaría a su enemiga al saber todo lo que iba a pasar esa tarde y Eric considerando que lo que pasará aquella tarde jamás se lo contaría a Elena.
En esa misma tarde, en Neplaxía…
En el palacio real, en uno de los tronos se encontraba el cabecilla de los Pudriels esperando ansioso el informe sobre la princesa desaparecida.
“¿Dónde estará esa niñata?”-se preguntó el jefe de los Pudriels, Damián. No podía estar muy  lejos, si era cierto que diecisiete años daban para mucho pero no para esconder tan bien a una princesa…daría el cante fuera donde fuese.
-Señor, hemos hecho todo lo posible…pero no hemos encontrado nada sobre la princesa.
Carlos, acababa de hacer su aparición en la sala donde se encontraba Damián, que lo observó mientras se levantaba.

Capítulo 2 (Parte 3)

-No te preocupes, vamos a hacer algo mucho mejor.
Recorrieron unos cuantos metros antes de llegar al lugar que Gonzalo había pensado en el momento que había decidido no ir a estudiar esa tarde a casa de Elena.
-¿Un fuente? ¿Bromeas?
Gonzalo sonrió, sabía que La tierra y Neplaxía no sólo tenían un pequeño parecido…si no que se trataban de dos mundos paralelos.
-¿No te gusta?-le pregunto Gonzalo.
-Me gusta más la filosofía, venga vámonos-Elena lo cogió de la mano-te repito que cómo no empecemos a estudiar suspenderás el examen.
-Es el primero, puedo recuperarlo-dijo retirando la mano de Elena
Elena miro a Gonzalo, sus ojos eran un color avellana demasiado claro como para poder ser reales; lo más probable es que llevará lentillas, aunque Elena prefirió no comentarlo.
-Está bien, tenemos toda la tarde libre ¿Qué es lo que quieres que hagamos?
-Te toca a ti escoger que hacemos, yo acabo de elegir venir a la fuente.
-En ese caso, quiero que veas algo-dijo Elena sonriéndole-espero que lleves dinero.
Cerca de esa fuente, un chico esperaba ansioso en un pequeño banco…
El chico se levanto del banco, hacía media hora que esperaba a su acompañante y ya estaba desesperado.
Eric tomo un cigarrillo de su chaqueta, lo enciendo con el mechero que le había regalado Elena y lo sujeto con sus labios, mientras guardaba el mechero en unos de los bolsillos traseros de su pantalón.
-No deberías fumar-Verónica le arrebato el cigarro y le dio una calada-a tu novia no le gustaría.
-Elena no está aquí ahora-dijo Eric frunciendo el ceño-¿Qué es lo que querías? Espero que no me hayas hecho venir hasta aquí para nada.
Verónica tiro el cigarro y lo apago con la punta del pie, después se acerco hasta Eric mientras pasaba su mano por la nuca de él.

Capítulo 2 (Parte 2)

-No, un par de calles más abajo.
Elena empezó a caminar y Gonzalo a su lado sonriéndose alguna vez, cuando los dos giraban la cabeza para asegurarse que el otro seguía caminando junto a él.
“Sí ella supiera que de verdad no necesito ayuda para filosofía, me mataría”-pensó Gonzalo observándola de reojo. Todavía le quedaba un poco de maquillaje de aquella misma mañana y llevaba el pelo recogido en una coleta.
-¿Puedo preguntarte algo?
-Claro-respondió Elena sobresaltada.
-¿Desde cuándo llevas saliendo con ese chico?
-¿Con Eric? Pues tres años y medio-respondió Elena extrañada- ¿Por qué lo preguntas?
Gonzalo soltó una carcajada que hizo que Elena se enfadara, ya que pensaba que se reía de ella y eso nunca lo había soportado.
-Lo decía porque me imagino vuestras conversaciones-dijo Gonzalo mirándola a los ojos-os llamáis cariño, os decís “te quiero” al final de un conversación y tardáis miles de años en despediros ¿Me equivoco?
-¿Eso tiene algo de malo?
Elena no entendía a que venía ese tipo de conversación cuando estaban a punto de estudiar para un examen de filosofía, pero tampoco iba a quedarse callada y defendería sus ideas.
-No, para nada. Sólo digo que eso no es amor de verdad-Gonzalo hizo una pausa-para que sea amor de verdad no necesitas ver a esa persona a todas horas, sólo saber que está ahí contigo.
-Yo le quiero ¿Cómo puedes poner en duda eso?-dijo Elena con la voz quebrada al comprobar cómo Gonzalo podía tener algo de razón.
El chico la observó extrañado por el tono de voz de ella y pudo comprobar cómo mantenía la mirada baja y que lo que menos necesitaba ella era meterse en una habitación durante varias horas a estudiar después de lo que le había dicho él.
-Tengo una idea, ven-dijo tomándola de la mano y corriendo en dirección opuesta a la casa de la chica.
-¿Qué haces? Tenemos que ir a estudiar o mañana no aprobarás-dijo Elena intentando soltar la mano del chico, lo que le resultó imposible.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Capítulo 2 (Parte 1)

Capítulo 2
-Elena ¿Pero lo ves normal?-Eric le preguntó por cuarta vez.
Llevaban hablando por teléfono cuarto de hora, la misma cuarto de hora en la que Elena esperaba impaciente a que apareciera Gonzalo para ir a estudiar a la casa de ella.
-No es tan malo, sólo le voy a ayudar con un examen ¿Qué pasa? ¿Qué ya no confías en mí?
Eric se movía inquieto por su habitación ¿Cómo se atrevía a preguntarle eso? Claro que se fiaba de ella, del que no se fiaba era de aquel chico nuevo que iba a pasar toda una tarde con su novia.
-Sabes que no es eso.
-Bueno pues sí no es eso, entonces no hay problema para que no quede con él ¿Verdad? Te tengo que dejar, luego hablamos por el Messenger.
-¿Ya ha llegado? ¿Por eso me dejas?
-No empieces-suspiró Elena.
Eric sabía que no iba a conseguir nada con esa conversación y que tarde o temprano le llegaría un mensaje diciéndole que no le quedaba saldo.
-Está bien, cómo quieras…luego hablamos, un beso
-Adiós, te quiero.
Eric pulso el botón rojo de su móvil sin responder a su novia con otro “te quiero”, dejo el móvil encima de su escritorio y encendió su ordenador; por suerte estaría conectado alguno de sus amigos con los que poder hablar de sus cosas.
Elena observó intrigada el teléfono, normalmente Eric no colgaba sin decirle “yo también te quiero”; aunque no le dio mucha importancia, lo más seguro es que estuviera enfadado por a ver quedado con Gonzalo.
-Hola. Sé que llegó tarde, no me lo tengas en cuenta-dijo Gonzalo intentando recuperar el aire perdido.
-No te preocupes, no me había percatado de la hora que era-mintió Elena.
-¿Está muy lejos tu casa?

martes, 29 de noviembre de 2011

Capítulo 1 (Parte 13)

Se volvió a sentar en el banco sonriendo, por el momento ya habían tenido un primer contacto y sí ella era la verdadera princesa eso se convertiría en mucho más.
Verónica se despojó del brazo de su amiga y se giró, por unos segundo, para observar la reacción de Gonzalo; sabía que se había comportado fatal, pero ella tenía un objetivo claro, Eric.
-Tienes que preparar un examen de Filosofía, no deberías pensar en salir con chicas como Verónica.
Una voz interrumpió el momento de soledad de Gonzalo, que levantó la cabeza algo malhumorado, pero pronto se le paso el enfado al  ver a Elena delante de él.
-¿Un examen de Filosofía?
-Exacto. El mismo que estaba intentando acabar cuando un chico ha entrado a mi clase discutiendo con mi chico.
-Eso no tiene importancia-dijo Gonzalo sonriendo y levantándose del banco-me gustaría aprobar el examen, pero no se me da bien la Filosofía y he pensado que ya que me he quedado sin planes gracias a Verónica, me podrías echar una mano ¿Qué te parece?
-Qué no soy el segundo plato de nadie, pero no puedo negarme a la Filosofía, me parece demasiado interesante como para dejarla de lado.
-Entonces a las cinco y media te espero en la puerta del instituto y vamos a tu casa ¿Te parece bien?
-Estupendo-contestó Elena-ahora me tengo que ir, mis amigas me reclaman.
Y sin esperar respuesta Elena se marchó, sonriendo, con sus amigas, pensando en la sonrisa tan bonita que tenía Gonzalo, había hecho bien en hacer caso a sus amigas cuando le habían dicho que fuese hablar con el chico nuevo después de observar lo inmadura que había sido su enemiga Malónica. Aunque sabía que a Eric no le iba a hacer demasiado gracia.

Capítulo 1 (Parte 12)


Elena y Eric se encontraban alejados de su grupo de amigos como hacían casi siempre que tenían algo que contarse y aunque normalmente era Elena la que tenía que hablar con Eric, en esta ocasión los papeles se habían intercambiado.
-Tengo muy mala memoria, Elena-dijo Eric pasándose la mano por el pelo, como hacía siempre que se ponía nervioso-pero tranquila, seguro que era alguna tontería de las mías.
-Está bien
Elena decidió pasar del tema y abrazar a su novio que la abrazó fuertemente antes de irse a jugar al futbol con sus amigos.
Gonzalo observaba la escena desde un banco lo bastante lejos para que ni Elena ni Eric le vieran, pero era hora de ponerse manos a la obra y observar a las chicas que estaban en su clase.
La princesa tenía que ser alta, guapa y esbelta; sería la parte más fácil de encontrarla ya que sí se detenía en encontrar a una chica que fuese amable, sencilla y que supiera echar una mano a cualquiera en cualquier momento, perdería demasiado tiempo.
Un par de chicas que le parecieron de su clase pasaron por delante de él, pero sólo una le llamo la atención. Era alta, muy guapa y tenía una larga melena rubia.
-Perdona-dijo levantándose torpemente del banco.
-¿Es a mi?-dijo la chica girándose para verle.
-Sí, te he visto antes en clase. Me llamo Gonzalo.
-Yo soy Verónica, encantada-dijo sonriendo.
-Me gustaría saber si quieres quedar esta tarde para hacer algo.
Verónica y su amiga se miraron y se echaron a reír ante la ingenua mirada del chico, que no entendía a que venía tan poca vergüenza.
-Lo siento, tengo mejores pretendiente-contesto Verónica sin poder para de reír.
Su amiga se agarró al brazo de Verónica y siguieron su camino dejando a Gonzalo completamente desconcertado. “Tranquilo”-pensó-“Es normal que se comporte así, ni siquiera te conoce”.

Capítulo 1 (Parte 11)

Las mejillas de Elena se encendieron de rabia ¿Cómo podía hacerle su novio una cosa así? ¿Y sí tenían razón sus amigas y él no la quería?
-¿Eres su novio?-preguntó Gonzalo, conociendo la respuesta- perdona, no lo sabía…pero tienes una novia muy guapa que a lo mejor no te mereces por como la tratas.
Las lágrimas estaban a punto de salir de los ojos de Elena, Martín al darse cuenta de que la conversación se estaba yendo de las manos le ordenó a Elena que se sentase.
-Bueno chicos se acabaron las preguntas, Gonzalo siéntate en el sitio libre al lado de Elena.
Eric iba a protestar, pero decidió callarse al ver las lágrimas de Elena recorriendo su mejilla ¿Por qué se sentía tan mal cuando ella estaba triste?
-Mientras tanto, Héctor, recógeme los exámenes de los que hayan o no terminado.
La sirena del recreo sonó cuando Gonzalo terminaba de colocar sus cosas en el que sería su sitio hasta que encontrará a la princesa…por el momento estaba seguro de que aquella chica tan peculiar, Elena, no era la princesa de Neplaxía; ya que la princesa debía ser una mujer seria y con las ideas claras y Elena era todo lo contrario a eso.
En ese mismo momento, en Neplaxía…
-¿Por qué tenía que ir Gonzalo?
La madre de Gonzalo sollozaba ante la atenta mirada de su marido que se paseaba de un lado a otro por el comedor de la casa, evitando escuchar como lloraba su mujer.
-Silvia…volverá.
-¿Y qué pasará luego? Lo mataran y la princesa seguirá viva ¿Verdad?
-No te adelantes a los acontecimientos…deja que todo siga su curso.
Silvia miró a su marido que en ese momento le mantuvo la mirada y en ese momento Dumanto no pudo evitar sentirse culpable por todo lo que estaba pasando y varias lágrimas cayeron a la tarima del comedor donde se encontraban.
En la hora del recreo, en la Tierra…
-¿Qué era lo que me querías contar?


Capítulo 1 (Parte 10)

-Hola a todos-dijo seguro de sí mismo-me llamo Gonzalo, tengo dieciocho años y soy increíblemente bueno detectando a enemigos.
Elena sonrió ¿Cómo podía tener tan buen sentido del humor después de que ella misma le había dicho eso?
-¿Alguien le quiere hacer alguna pregunta?
Elena levantó la mano ante la propuesta de su profesor dejando estupefactos a Eric y a Gonzalo que la miraron extrañados.
Ella se levantó ante la pequeña señal que le hizo Martín con la cabeza, se aclaró la garganta y sonrió al recién llegado.
-Yo soy Elena y tengo diecisiete años-comenzó a decir-me gustaría preguntarte una cosa, sí no es mucha molestia.
-No claro, no te preocupes…adelante.
Esta vez, no sólo Elena, Gonzalo también sonrió. Esa chica no era muy amable de primeras, pero parecía buena chica.
-Como ya has dicho, eres bueno en detectar enemigos. ¿Eres tan bueno perdonando?
-Depende de que persona ¿Por qué lo preguntas?
-Supongo que porque no me he portado muy bien antes ¿No?
La clase se quedó en completo silencio, pero en la esquina inferior de la clase comentaban lo que estaba sucediendo.
-Tengo una idea chicas-informó Rebeca-Elena podía acabar enamorada de Gonzalo.
-Imposible-razonó Aurora-Eric no la quiere, pero haría lo que fuese para no perderla.
-Pero nosotras somos sus amigas, podemos influir en algo ¿No?-sonrió Adriana.
Las tres mantuvieron el silencio de la clase, hasta que este fue interrumpido por el novio de Elena, Eric.
-¿Por qué no dejas de tontear en mi cara? Sigues teniendo novio, te recuerdo.

Capítulo 1 (Parte 9)

-Como ya sabéis hoy es el primer día de vuestro último curso de secundaria, para los que no repitáis; pero este año no os daré la charla que siempre os doy a comienzos de año, ya que debido a una visita sorpresa no tendremos ese pequeño tiempo.
-¿Alguna famosa?-Preguntó Eric que había vuelto a las andadas.
-No vas a tener esa suerte.
Las palabras procedían de un chico que acababa de hacer su aparición en la clase, provocando los cuchicheos de Rebeca, Aurora y Ángela.
Elena, que hasta ese momento había permanecido en silencio repasando su examen, levanto la cabeza para observar al estúpido que se había atrevido a callar la boca de su novio.
“Me resulta familiar”-pensó Elena, aunque estaba segura de que no había visto a ese chico en su vida.
-Tú si vas a tener la suerte de tenerme como compañero este año, te voy a hacer la vida imposible-contestó Eric sonriendo malévolamente.
-¡Basta ya!-dijo firmemente el director-tranquilizaos. Este es Gonzalo, será uno más en la clase y quiero que lo tratéis con respecto.
-¿Qué respeto quiere cuando nada más entrar en nuestra clase ha empezado a contestar de malas formas a un compañero que sólo intentaba hacer una pequeña broma?
Elena no pudo aguantar más y se levantó de su sitio de un saltó, provocando que Gonzalo la mirara extrañado. ¿Quién se creía que era para decirle eso?
-Por favor, señorita Elena…hágame el favor de volver a sentarse, esto no tiene que ver con usted-dijo Martín suspirando.
-Gonzalo, puedes presentarte a tus compañeros…yo tengo que irme. Buena suerte chicos-dijo el director saliendo por la puerta.
Mientras la clase se calmaba, Gonzalo intentó visualizar a todas las chicas de aquel curso…ninguna parecía ser una princesa.
“Va a ser un trabajo duro encontrar la princesa de Neplaxía”-pensó Gonzalo frotándose la poca barba que tenía.


Capítulo 1 (Parte 8)

La clase estalló en una gran carcajada cuando, avergonzado, Martín contesto al teléfono saliendo de la clase apresuradamente.
Elena siguió haciendo su examen tranquilamente, la filosofía era su asignatura favorita por lo que no tenía problema con los exámenes. Por el contrario el resto de sus compañeros comenzaron a hablar en voz alta.
-¿De quién será la llamada?-le preguntó Eric a Elena mientras los demás seguían hablando en voz alta.
-Ni idea-le contesto suspirando- A lo mejor es su amante.
Eric sonrió sinceramente, cuando Elena se lo proponía podía ser muy graciosa, lo que provocaba que Eric volviera a ser por unos segundos; aquel chico del que Elena se enamoró perdidamente.
Pero Eric ya no podía volver a ser el mismo, había sufrido demasiado con el accidente que mató a sus padres por lo que se refugió en Elena saliendo con ella, cuando de verdad no sentía nada
“¿Por qué la sigo haciendo esto a Elena? No se lo merece”-pensó Eric observando cómo su novia escribía rápidamente la última pregunta del examen.
-¿Qué miras?-dijo su novia sonriendo mientras se estiraba.
-Nada, esperaba a que terminaras el examen para hablar de algo.
¿Se lo iba a decir ahora? Puede que no fuese el mejor momento, pero después de salir con ella dos años la había cogido mucho cariño y no podía seguir mintiéndole; debía cortar con ella.
-¿Sobre qué?-pregunto Elena frunciendo el ceño, pero sin perder su sonrisa.
Cuando Eric estaba a punto de  abrir la boca para romper su relación con Elena, la puerta se abrió y tras ella apareció el profesor de Filosofía con el director, Francisco; por lo que Eric decidió hablar con Elena en otro momento.
-Bueno días chicos.
-Buenos días-contestaron los que estaban prestando una mínima atención.

Capítulo 1 (Parte 7)

“Sólo guíate por tu corazón”-repitió Gonzalo en su mente las palabras de su padre. ¡Cómo si eso fuese tan fácil!, cabía la posibilidad de que sus instintos fallasen y se equivocase de mujer.
-Sí, pero tú no eres de la realeza. No te compares con la princesa, ella nos sacará de este sufrimiento.
Silvia, madre de Gonzalo, observaba la escena en silencio…tanto ella como su marido sabían el destino que les esperaba a Gonzalo y a la princesa.
-Mama ¿Qué ocurre?
Gonzalo se levanto de la mesa donde estaba desayunando y fue a ver a su madre, sentada en el sofá, que estaba empezando a sollozar.
-Nada, no te preocupes…solamente me da pena de que te vayas tan lejos y quien sabe por cuánto tiempo.
-Tranquila-dijo abrazándola-volveré lo antes posible, no dejaré que esa princesa me haga perder mucho tiempo.
Dumanto tuvo que contenerse por no abofetear en ese momento a su hijo. ¿Cómo se atrevía a hablar así de alguien como su princesa? Dumanto sabía la toda la verdad y todo lo que pasaría en un futuro, su mujer sólo sabía una parte y no era del todo cierta.
Un poco más tarde, en la tierra…
Martín había decidido hacer un examen inicial de filosofía a toda la clase esperando a que el nuevo alumno del instituto llegará ¿Cómo podía llegar tarde el primer día de curso? Eso era imperdonable.
El silencio que se había creado en la clase fue interrumpido por el tono de llamada de un móvil; a Elena se le aceleró el corazón, pensando que era el suyo, por lo que aprovecho la confusión para echar un rápido vistazo a su móvil para comprobar que no era el suyo.
-¿De quién es ese móvil?
Martín se levantó enfurecido por la desfachatez que había tenido alguno de sus alumnos de dejar el móvil encendido en clase.
-Martín, me creo que es el suyo.
Verónica habló delante de toda la clase, dejando a su padre blanco como la pared al comprobar que su hija tenía razón y la música procedía de su móvil.

Capítulo 1 (Parte 6)

Elena le fulminó con la mirada, ya que no entendía la actitud de Eric ante su amigo Héctor ¿Qué importaba si era homosexual o no? Ella lo seguía adorando.
“Yo por lo menos no soy tan gilipollas como para no ver la novia tan maravillosa que tienes”-pensó Héctor, pero sabía que no se atrevería a decírselo nunca a Eric mientras estuviese con su amiga, no la quería hacer daño de esa forma.
-Eric ¿Por qué no te vas con tu “nueva” amiguita?
La pregunta de Elena pillo por sorpresa a sus amigas que sonrieron, aunque las tres sabían que después esas palabras quedarían olvidadas y darían paso a los besos y abrazos.
-Te quiero demasiado como para hacerme amiga se esa niñata.
Héctor puso los ojos en blanco y le dijo algo a su amiga al oído, la cual sonrió y corrió hasta los brazos de Eric.
Rebeca observaba la escena con el semblante serio. ¿Cómo podía haber cambiado tanto Eric? Del chico del que se había enamorado Elena, ya no quedaba nada; ya no era el mismo chico que te echaba una mano aunque no tuviese tiempo, ahora te dejaría tirado en la calle si eso estuviese en su mano.
En ese mismo momento, en otro lugar, en otro mundo…
-Llegarás tarde como no te des prisa.
El duque Dumanto intentaba que su hijo desayunase lo antes posible, no llegaría a tiempo a la Tierra como siguiera comiendo tan lento. El viaje desde Neplaxía hasta la Tierra era largo y agotador, el duque Dumanto lo sabía bien…hace diecisiete años tuvo que llevar a la heredera y salvadora del mundo de Neplaxía.
Después de que los reyes murieran, los Podriels se apoderaron de Neplaxía convirtiendo a los supervivientes de la gran guerra, entre Podriels y la realeza, en esclavos de estos. Algunos supervivientes lograron escapar y esconderse en lugares donde jamás serian encontrados.
-Todavía no entiendo porque tengo que ir a la Tierra y traer a la princesa ¿Por qué se fue? Que yo recuerde a mi no me escondieron en un planeta tan alejado de este y pude haber muerto; que ella hubiese aceptado las consecuencias.
Gonzalo, el hijo de Dumanto, era el encargado de volver a llevar a Neplaxía a la princesa, pero él no estaba de acuerdo y tendría demasiado trabajo. Su padre ni siquiera le había dicho quien era la princesa.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Capítulo 1 (Parte 5)

Elena apartó los brazos de Eric de su cintura y se dirigió a lo que sería su próxima clase hasta el próximo verano, entonces ya sería libre en la universidad que eligiese y sin tener que verle la cara a esa estúpida de Verónica.
Adriana, Aurora y Rebeca enseguida la dieron alcance, en cambio Eric decidió quedarse un rato más hablando con Verónica.
-Es estúpido, no te preocupes-dijo Rebeca al ver la cara desencajada de su amiga.
-¡No hables así de él! Sigue siendo mi novio.
-Y todavía no entiendo el por qué-dijo Adriana seriamente-¿Estas ciega, Elena? Eric se iría con cualquiera en menos de dos segundos.
-¡Jamás! ¿Os estáis oyendo? No decís más que gilipolleces.
Sus amigas decidieron guardar silencio, no podían hacerle entrar en razón. Sólo tenían dos opciones o demostrarle que Eric sólo era una cara bonita o encontrarle a Elena alguien mucho mejor y eso no sería muy complicado.
-Tienes razón, perdónanos. ¡El verano hace muchos estragos!
Adriana intentó solucionar lo de sus amigas, aunque ella sabía que llevaban razón ya que Adriana opinaba lo mismo. Eric sólo se aprovechaba de ella porque era una chica muy guapa, pero eso era todo lo que Eric sentía por Elena.
Las cuatro pasaron a su nueva clase sonrientes, cada una con un problema distinto, pero dispuestas a ser ellas mismas durante todo el año escolar. Porque eso sería lo único que no cambiaria a lo largo del curso, las eternas clases o ¿Había la posibilidad de que sí?
-¡Elena!
Un chico de la edad de Elena ya estaba en clase y se abrazó a ella nada más verla. Se llamaba Héctor, hermano de Cloe, una de las mejores amigas de Elena y la mejor consejera.
-¿A qué viene tanta efusividad?
-Ya está aquí nuestro amigo mariquita ¿Qué tal te va la vida Héctor?-dijo Eric entrando por la puerta.

martes, 22 de noviembre de 2011

Capítulo 1 (Parte 4)

-¿Qué dices? ¡Tú estás mejor!
-¿Y vosotras? ¡Estáis fabulosas!
Esta vez Rebeca se dirigió a sus otras dos amigas, Adriana y Aurora que la abrazaron “muy” cariñosamente.
Eric puso los ojos en blanco, estaba harto de que todos los comienzos de curso hiciesen lo mismo y lo peor de todo es que su chica estaba con esas idiotas, sobre todo Rebeca que nunca quiso nada con él por lo que tuvo que conformarse con Elena.
-Veo que han llegado puntuales, eso está muy bien.
El profesor Martín, de filosofía, acababa de hacer su aparición en aquel grupo de amigos tan peculiar y con él su queridísima hija, Verónica.
-Hola Eric ¿Qué tal estas?
Elena odiaba aquella chica ¿Cómo podía flirtear con Eric delante de ella? Pero lo único que la recompensaba es que su novio también la odiaba.
“Verónica está irreconocible”-pensó Eric observando a Verónica de arriba abajo. Había cambiado mucho y si hasta ese momento la chica más guapa había sido su novia, ahora tenía sus dudas.
-Bien, pero no tan bien como tú.
Elena intentó controlar su sorpresa y su rabia ¿Por qué Eric le había dicho eso a Verónica? No se lo podía creer por lo que le dio un suave codazo en las costillas lo que hizo que Eric frunciese el ceño en señal de dolor, pero no dijo nada.
-Déjense de tonterías y vayan pasando a su clase…por sí no lo saben todavía voy a ser su tutor este año.
El profesor Martin intentó mantener la calma al comprobar como uno de sus alumnos intentaba ligar con su adorable niña ¡Sólo era un cría! ¿Cómo se atrevía aquel individuo a decirla esas cosas?
“Lo siento, Elena…este año haré que tu y Eric rompáis y no podrás hacer nada para evitarlo”-pensó la mente malévola de Verónica sin saber lo que su padre estaba pensando en ese mismo momento de ella.


Capítulo 1 (Parte 3)

-Venga, vístete o llegarás tarde-le ordenó su madre.
De camino al instituto con una moto azulada…
Elena encendió su Mp3 y lo puso al volumen máximo mientras esperaba a que él último semáforo se pusiese en verde; después de él sólo tendría que doblar una calle y llegar a su instituto.
A lo lejos divisó a sus amigas y junto a ellas, Eric…lo quería demasiado desde siempre y hacían una pareja estupenda y perfecta, era normal que Verónica los envidiase.
Aparcó la moto ante la mirada de todos aquellos chicos y chicas que entraban al instituto, aparte de ella, Rebeca, una amiga suya, era la única que tenía moto.
Eric fue el primero en verla, era la chica más guapa que había en todo el instituto y era para él ¿Qué más daba si la quería o no? Lo importante es que estaban juntos.
-Hola, cariño
Después de las palabras de Elena, ella y Eric se besaron ante los suspiros de las amigas de ella. Adriana y Aurora sabían de sobra que Eric no la quería, qué sólo estaba con ella porque no había otra que lo aguantase.
-Hola chicas-dijo Elena abrazándolas.
-Hola guapísima ¡Qué bien te ha sentado el verano!-dijo Aurora haciendo que Elena diera una vuelta sobre sí misma.
-¿Me decís a mi? ¿Os habéis visto vosotras? ¡Estáis buenísimas!
Las tres amigas soltaron una gran carcajada ante la atenta mirada de Eric, que abrazó a su novia por detrás apoyando su barbilla en la cabeza de ella.
-Es una suerte que nos haya tocado juntos de nuevo en la misma clase ¿Verdad?
Adriana y Aurora asintieron ante la pregunta de Elena que sonrió observando como una moto, color lila oscuro aparcaba al lado de la suya.
Rebeca se acercó al grupo donde estaba Elena “¿Sigue saliendo con Eric?-pensó.
-Hola princesa ¡Qué guapa!-dijo Rebeca abrazando a su amiga.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Capítulo 1 (Parte 2)

Antonio, el padre de Damián y Elena, observaba la escena con una gran sonrisa; era el primer día de otro curso y había olvidado lo divertidas que eran las discusiones entre ellos dos por las mañanas.
Elena tiró unos cuantos pantalones en su cama, ninguno la convencía demasiado para ponerse el primer día de su segundo de bachiller ¿Lo bueno? Vería a sus amigas y a su chico, Eric. ¿Lo malo? Ver a la envidiosa de su enemiga, Verónica o como a sus amigas y a ella las gustaba llamarla Malónica.
Al final encontró lo que tanto deseaba, unos pantalones vaqueros blancos y un top rosa que le favorecía bastante.
Salió de su habitación, no sin antes hacer su cama y recoger todo lo que había puesto sobre ella, era una de las pocas cosas que no soportaba, el desorden.
-Hija ¿Quieres que te lleve en coche al instituto?-le preguntó su padre.
-No, iré en mi moto.
Antes de salir Elena le sacó la lengua a su hermano que le correspondió levantando cariñosamente el dedo corazón.
Bajando por las escaleras, Elena encontró uno de sus dibujos tirado. “Voy a matar a mi hermano”-pensó recogiendo el dibujo y guardándolo cuidadosamente en la bandolera que le había preparado su madre.
En la casa de Elena, después de que está se haya marchado.
-Has empapado la cama de tu hermana ¿Antes aquí no había un dibujo de un castillo hecho por ella?
María se encontraba secando la cama de su hija con un secador, una idea un poco estúpida, pero no le apetecía deshacer la cama que tan bien había hecho su hija mayor.
-Lo siento mama, pero es que ella…
-No me lo digas, se mete en tus sueños y los convierte en pesadillas ¿Verdad?
Damián sonrió al recordar esa escusa que había utilizado en años anteriores mientras se sentaba en la silla que tenía su hermana en la habitación.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Capítulo 1 (Parte 1)

-Hija llegarás tarde.
La madre de Elena salía y entraba de la habitación de su hija intentando prepararle todo para el primer día de su último año en el instituto.
Su padre desayunaba tranquilamente en el comedor observando cómo su hijo pequeño, Damián, intentaba pasarse el nivel de un juego mientras terminaba de desayunar.
Damián terminó de desayunar y así su tiempo para jugar a nuevo juego que estaba causando furor entre los niños de doce años, por lo que se levanto de la mesa, cogió la jarra de agua que había sobre ella y se encaminó al cuarto de su hermana mayor.
La puerta se abrió por milésima vez aquella mañana, pero esta vez no era su madre sino otra persona ¿Su padre? No, estaría demasiado ocupado desayunando ¿Su hermano? Jamás, Damián sabía que Elena lo mataría como pisase un solo centímetro de su habitación.
La jarra de agua se derramo en la cara de Elena, que se incorporó de golpe con una expresión de sorpresa en la cara.
-¡Inútil! Te la vas a cargar-gritó Elena despojándose de las sabanas.
-¡Mama! ¡Socorro! Elena me quiere matar.
El niño salió corriendo hacía su madre y se encendió detrás de ella, mientras Elena intentaba agarrarlo por la solapa de la camisa.
-Ya está bien. ¿Qué ha pasado?
-¿Qué qué ha pasado?-dijo Elena señalándose la cara-¿Bromeas?
-No vuelvas a hacerle eso a tu hermana, ahora Elena vístete o llegarás tarde-María, madre de Elena y Damián, intento poner orden.
Elena miró el reloj del comedor, las ocho y diez ¡No era posible! Había quedado con Aurora y Adriana a y media ¿Cómo sería capaz de llegar en menos de media hora?
-¿Por qué no me has llamado antes, mama? Te dije que quería llegar pronto, he quedado con…
-¿Con tu novio? ¿Cómo se llamaba? Ah, ya me acuerdo…Eric-sonrió Damián maliciosamente.
-Haré como si no hubieses dicho nada y me iré a mi habitación a vestirme
Antonio, el padre de Damián y Elena, observaba la escena divertido; era el primer día de otro curso y había olvidado lo divertidas que eran las discusiones entre ellos dos por las mañanas.

Prólogo

Prólogo
Año 1993
En el palacio de los reyes de Neplaxía, el duque Dumanto documentaba al rey  sobre lo que estaba sucediendo en aquel mundo, su mundo. Una amenaza de la banda más poderosa de aquel lugar, los Podriels que sólo pararían al ver a la única hija del rey, Leonardo, muerta.
-No es posible señor, acaba de nacer la princesa, su única hija…la heredera ¿Qué pasará ahora con ella?
-La enviaremos al único lugar donde sabemos que estará segura, por lo menos durante un tiempo. La tierra es el único mundo donde nunca se atreverán Los Podriels a matar a nuestra querida hija.
-¡No! No lo permitiré-la reina gritó llena de furia-no pienso dar a unos estúpidos humanos a mi único tesoro.
-¿Prefieres que muera?
La mujer, la reina Isabella, decidió entrar en razón tras las palabras de su marido y bajar la mirada sentada en aquel trono color azulado que ella misma había elegido.
-Está bien. Dumanto, lleve a mi hija con una familia que la quiera y la cuide, por favor se lo pido como reina y se lo suplico como madre.
-Como ordene-el duque hizo una cordial reverencia-le prometo que estará en buenas manos hasta que todo esto pase.
La reina asintió y una lágrima le recorrió la mejilla cuando se levantó para dar, el que sería el último beso a su hija; ya que después de que la heredera saliera de aquel mundo, los Podriels se harían con el poder y los reyes morirían intentando salvar su planeta.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Neplaxía

Queridos lectores o Queridas Lectoras

Me gustaría informarles de que este blog esta abierto a sus opiniones sobre la nueva historia que va a quedar impresa en este blog. "Neplaxía"
Una historia nueva, fresca y que espero que les enganche desde el primer momento.
No me entretengo más, mañana mismo empezará esta maravillosa historia con un prólogo.


Mi e-mail por si quieren contactar conmigo: unaprincesaconvaqueros@hotmail.com

Besos y Abrazos

P.D.: ¡No se la pierdan!