miércoles, 16 de noviembre de 2011

Capítulo 1 (Parte 1)

-Hija llegarás tarde.
La madre de Elena salía y entraba de la habitación de su hija intentando prepararle todo para el primer día de su último año en el instituto.
Su padre desayunaba tranquilamente en el comedor observando cómo su hijo pequeño, Damián, intentaba pasarse el nivel de un juego mientras terminaba de desayunar.
Damián terminó de desayunar y así su tiempo para jugar a nuevo juego que estaba causando furor entre los niños de doce años, por lo que se levanto de la mesa, cogió la jarra de agua que había sobre ella y se encaminó al cuarto de su hermana mayor.
La puerta se abrió por milésima vez aquella mañana, pero esta vez no era su madre sino otra persona ¿Su padre? No, estaría demasiado ocupado desayunando ¿Su hermano? Jamás, Damián sabía que Elena lo mataría como pisase un solo centímetro de su habitación.
La jarra de agua se derramo en la cara de Elena, que se incorporó de golpe con una expresión de sorpresa en la cara.
-¡Inútil! Te la vas a cargar-gritó Elena despojándose de las sabanas.
-¡Mama! ¡Socorro! Elena me quiere matar.
El niño salió corriendo hacía su madre y se encendió detrás de ella, mientras Elena intentaba agarrarlo por la solapa de la camisa.
-Ya está bien. ¿Qué ha pasado?
-¿Qué qué ha pasado?-dijo Elena señalándose la cara-¿Bromeas?
-No vuelvas a hacerle eso a tu hermana, ahora Elena vístete o llegarás tarde-María, madre de Elena y Damián, intento poner orden.
Elena miró el reloj del comedor, las ocho y diez ¡No era posible! Había quedado con Aurora y Adriana a y media ¿Cómo sería capaz de llegar en menos de media hora?
-¿Por qué no me has llamado antes, mama? Te dije que quería llegar pronto, he quedado con…
-¿Con tu novio? ¿Cómo se llamaba? Ah, ya me acuerdo…Eric-sonrió Damián maliciosamente.
-Haré como si no hubieses dicho nada y me iré a mi habitación a vestirme
Antonio, el padre de Damián y Elena, observaba la escena divertido; era el primer día de otro curso y había olvidado lo divertidas que eran las discusiones entre ellos dos por las mañanas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario