martes, 29 de noviembre de 2011

Capítulo 1 (Parte 7)

“Sólo guíate por tu corazón”-repitió Gonzalo en su mente las palabras de su padre. ¡Cómo si eso fuese tan fácil!, cabía la posibilidad de que sus instintos fallasen y se equivocase de mujer.
-Sí, pero tú no eres de la realeza. No te compares con la princesa, ella nos sacará de este sufrimiento.
Silvia, madre de Gonzalo, observaba la escena en silencio…tanto ella como su marido sabían el destino que les esperaba a Gonzalo y a la princesa.
-Mama ¿Qué ocurre?
Gonzalo se levanto de la mesa donde estaba desayunando y fue a ver a su madre, sentada en el sofá, que estaba empezando a sollozar.
-Nada, no te preocupes…solamente me da pena de que te vayas tan lejos y quien sabe por cuánto tiempo.
-Tranquila-dijo abrazándola-volveré lo antes posible, no dejaré que esa princesa me haga perder mucho tiempo.
Dumanto tuvo que contenerse por no abofetear en ese momento a su hijo. ¿Cómo se atrevía a hablar así de alguien como su princesa? Dumanto sabía la toda la verdad y todo lo que pasaría en un futuro, su mujer sólo sabía una parte y no era del todo cierta.
Un poco más tarde, en la tierra…
Martín había decidido hacer un examen inicial de filosofía a toda la clase esperando a que el nuevo alumno del instituto llegará ¿Cómo podía llegar tarde el primer día de curso? Eso era imperdonable.
El silencio que se había creado en la clase fue interrumpido por el tono de llamada de un móvil; a Elena se le aceleró el corazón, pensando que era el suyo, por lo que aprovecho la confusión para echar un rápido vistazo a su móvil para comprobar que no era el suyo.
-¿De quién es ese móvil?
Martín se levantó enfurecido por la desfachatez que había tenido alguno de sus alumnos de dejar el móvil encendido en clase.
-Martín, me creo que es el suyo.
Verónica habló delante de toda la clase, dejando a su padre blanco como la pared al comprobar que su hija tenía razón y la música procedía de su móvil.

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