miércoles, 30 de noviembre de 2011

Capítulo 2 (Parte 1)

Capítulo 2
-Elena ¿Pero lo ves normal?-Eric le preguntó por cuarta vez.
Llevaban hablando por teléfono cuarto de hora, la misma cuarto de hora en la que Elena esperaba impaciente a que apareciera Gonzalo para ir a estudiar a la casa de ella.
-No es tan malo, sólo le voy a ayudar con un examen ¿Qué pasa? ¿Qué ya no confías en mí?
Eric se movía inquieto por su habitación ¿Cómo se atrevía a preguntarle eso? Claro que se fiaba de ella, del que no se fiaba era de aquel chico nuevo que iba a pasar toda una tarde con su novia.
-Sabes que no es eso.
-Bueno pues sí no es eso, entonces no hay problema para que no quede con él ¿Verdad? Te tengo que dejar, luego hablamos por el Messenger.
-¿Ya ha llegado? ¿Por eso me dejas?
-No empieces-suspiró Elena.
Eric sabía que no iba a conseguir nada con esa conversación y que tarde o temprano le llegaría un mensaje diciéndole que no le quedaba saldo.
-Está bien, cómo quieras…luego hablamos, un beso
-Adiós, te quiero.
Eric pulso el botón rojo de su móvil sin responder a su novia con otro “te quiero”, dejo el móvil encima de su escritorio y encendió su ordenador; por suerte estaría conectado alguno de sus amigos con los que poder hablar de sus cosas.
Elena observó intrigada el teléfono, normalmente Eric no colgaba sin decirle “yo también te quiero”; aunque no le dio mucha importancia, lo más seguro es que estuviera enfadado por a ver quedado con Gonzalo.
-Hola. Sé que llegó tarde, no me lo tengas en cuenta-dijo Gonzalo intentando recuperar el aire perdido.
-No te preocupes, no me había percatado de la hora que era-mintió Elena.
-¿Está muy lejos tu casa?

martes, 29 de noviembre de 2011

Capítulo 1 (Parte 13)

Se volvió a sentar en el banco sonriendo, por el momento ya habían tenido un primer contacto y sí ella era la verdadera princesa eso se convertiría en mucho más.
Verónica se despojó del brazo de su amiga y se giró, por unos segundo, para observar la reacción de Gonzalo; sabía que se había comportado fatal, pero ella tenía un objetivo claro, Eric.
-Tienes que preparar un examen de Filosofía, no deberías pensar en salir con chicas como Verónica.
Una voz interrumpió el momento de soledad de Gonzalo, que levantó la cabeza algo malhumorado, pero pronto se le paso el enfado al  ver a Elena delante de él.
-¿Un examen de Filosofía?
-Exacto. El mismo que estaba intentando acabar cuando un chico ha entrado a mi clase discutiendo con mi chico.
-Eso no tiene importancia-dijo Gonzalo sonriendo y levantándose del banco-me gustaría aprobar el examen, pero no se me da bien la Filosofía y he pensado que ya que me he quedado sin planes gracias a Verónica, me podrías echar una mano ¿Qué te parece?
-Qué no soy el segundo plato de nadie, pero no puedo negarme a la Filosofía, me parece demasiado interesante como para dejarla de lado.
-Entonces a las cinco y media te espero en la puerta del instituto y vamos a tu casa ¿Te parece bien?
-Estupendo-contestó Elena-ahora me tengo que ir, mis amigas me reclaman.
Y sin esperar respuesta Elena se marchó, sonriendo, con sus amigas, pensando en la sonrisa tan bonita que tenía Gonzalo, había hecho bien en hacer caso a sus amigas cuando le habían dicho que fuese hablar con el chico nuevo después de observar lo inmadura que había sido su enemiga Malónica. Aunque sabía que a Eric no le iba a hacer demasiado gracia.

Capítulo 1 (Parte 12)


Elena y Eric se encontraban alejados de su grupo de amigos como hacían casi siempre que tenían algo que contarse y aunque normalmente era Elena la que tenía que hablar con Eric, en esta ocasión los papeles se habían intercambiado.
-Tengo muy mala memoria, Elena-dijo Eric pasándose la mano por el pelo, como hacía siempre que se ponía nervioso-pero tranquila, seguro que era alguna tontería de las mías.
-Está bien
Elena decidió pasar del tema y abrazar a su novio que la abrazó fuertemente antes de irse a jugar al futbol con sus amigos.
Gonzalo observaba la escena desde un banco lo bastante lejos para que ni Elena ni Eric le vieran, pero era hora de ponerse manos a la obra y observar a las chicas que estaban en su clase.
La princesa tenía que ser alta, guapa y esbelta; sería la parte más fácil de encontrarla ya que sí se detenía en encontrar a una chica que fuese amable, sencilla y que supiera echar una mano a cualquiera en cualquier momento, perdería demasiado tiempo.
Un par de chicas que le parecieron de su clase pasaron por delante de él, pero sólo una le llamo la atención. Era alta, muy guapa y tenía una larga melena rubia.
-Perdona-dijo levantándose torpemente del banco.
-¿Es a mi?-dijo la chica girándose para verle.
-Sí, te he visto antes en clase. Me llamo Gonzalo.
-Yo soy Verónica, encantada-dijo sonriendo.
-Me gustaría saber si quieres quedar esta tarde para hacer algo.
Verónica y su amiga se miraron y se echaron a reír ante la ingenua mirada del chico, que no entendía a que venía tan poca vergüenza.
-Lo siento, tengo mejores pretendiente-contesto Verónica sin poder para de reír.
Su amiga se agarró al brazo de Verónica y siguieron su camino dejando a Gonzalo completamente desconcertado. “Tranquilo”-pensó-“Es normal que se comporte así, ni siquiera te conoce”.

Capítulo 1 (Parte 11)

Las mejillas de Elena se encendieron de rabia ¿Cómo podía hacerle su novio una cosa así? ¿Y sí tenían razón sus amigas y él no la quería?
-¿Eres su novio?-preguntó Gonzalo, conociendo la respuesta- perdona, no lo sabía…pero tienes una novia muy guapa que a lo mejor no te mereces por como la tratas.
Las lágrimas estaban a punto de salir de los ojos de Elena, Martín al darse cuenta de que la conversación se estaba yendo de las manos le ordenó a Elena que se sentase.
-Bueno chicos se acabaron las preguntas, Gonzalo siéntate en el sitio libre al lado de Elena.
Eric iba a protestar, pero decidió callarse al ver las lágrimas de Elena recorriendo su mejilla ¿Por qué se sentía tan mal cuando ella estaba triste?
-Mientras tanto, Héctor, recógeme los exámenes de los que hayan o no terminado.
La sirena del recreo sonó cuando Gonzalo terminaba de colocar sus cosas en el que sería su sitio hasta que encontrará a la princesa…por el momento estaba seguro de que aquella chica tan peculiar, Elena, no era la princesa de Neplaxía; ya que la princesa debía ser una mujer seria y con las ideas claras y Elena era todo lo contrario a eso.
En ese mismo momento, en Neplaxía…
-¿Por qué tenía que ir Gonzalo?
La madre de Gonzalo sollozaba ante la atenta mirada de su marido que se paseaba de un lado a otro por el comedor de la casa, evitando escuchar como lloraba su mujer.
-Silvia…volverá.
-¿Y qué pasará luego? Lo mataran y la princesa seguirá viva ¿Verdad?
-No te adelantes a los acontecimientos…deja que todo siga su curso.
Silvia miró a su marido que en ese momento le mantuvo la mirada y en ese momento Dumanto no pudo evitar sentirse culpable por todo lo que estaba pasando y varias lágrimas cayeron a la tarima del comedor donde se encontraban.
En la hora del recreo, en la Tierra…
-¿Qué era lo que me querías contar?


Capítulo 1 (Parte 10)

-Hola a todos-dijo seguro de sí mismo-me llamo Gonzalo, tengo dieciocho años y soy increíblemente bueno detectando a enemigos.
Elena sonrió ¿Cómo podía tener tan buen sentido del humor después de que ella misma le había dicho eso?
-¿Alguien le quiere hacer alguna pregunta?
Elena levantó la mano ante la propuesta de su profesor dejando estupefactos a Eric y a Gonzalo que la miraron extrañados.
Ella se levantó ante la pequeña señal que le hizo Martín con la cabeza, se aclaró la garganta y sonrió al recién llegado.
-Yo soy Elena y tengo diecisiete años-comenzó a decir-me gustaría preguntarte una cosa, sí no es mucha molestia.
-No claro, no te preocupes…adelante.
Esta vez, no sólo Elena, Gonzalo también sonrió. Esa chica no era muy amable de primeras, pero parecía buena chica.
-Como ya has dicho, eres bueno en detectar enemigos. ¿Eres tan bueno perdonando?
-Depende de que persona ¿Por qué lo preguntas?
-Supongo que porque no me he portado muy bien antes ¿No?
La clase se quedó en completo silencio, pero en la esquina inferior de la clase comentaban lo que estaba sucediendo.
-Tengo una idea chicas-informó Rebeca-Elena podía acabar enamorada de Gonzalo.
-Imposible-razonó Aurora-Eric no la quiere, pero haría lo que fuese para no perderla.
-Pero nosotras somos sus amigas, podemos influir en algo ¿No?-sonrió Adriana.
Las tres mantuvieron el silencio de la clase, hasta que este fue interrumpido por el novio de Elena, Eric.
-¿Por qué no dejas de tontear en mi cara? Sigues teniendo novio, te recuerdo.

Capítulo 1 (Parte 9)

-Como ya sabéis hoy es el primer día de vuestro último curso de secundaria, para los que no repitáis; pero este año no os daré la charla que siempre os doy a comienzos de año, ya que debido a una visita sorpresa no tendremos ese pequeño tiempo.
-¿Alguna famosa?-Preguntó Eric que había vuelto a las andadas.
-No vas a tener esa suerte.
Las palabras procedían de un chico que acababa de hacer su aparición en la clase, provocando los cuchicheos de Rebeca, Aurora y Ángela.
Elena, que hasta ese momento había permanecido en silencio repasando su examen, levanto la cabeza para observar al estúpido que se había atrevido a callar la boca de su novio.
“Me resulta familiar”-pensó Elena, aunque estaba segura de que no había visto a ese chico en su vida.
-Tú si vas a tener la suerte de tenerme como compañero este año, te voy a hacer la vida imposible-contestó Eric sonriendo malévolamente.
-¡Basta ya!-dijo firmemente el director-tranquilizaos. Este es Gonzalo, será uno más en la clase y quiero que lo tratéis con respecto.
-¿Qué respeto quiere cuando nada más entrar en nuestra clase ha empezado a contestar de malas formas a un compañero que sólo intentaba hacer una pequeña broma?
Elena no pudo aguantar más y se levantó de su sitio de un saltó, provocando que Gonzalo la mirara extrañado. ¿Quién se creía que era para decirle eso?
-Por favor, señorita Elena…hágame el favor de volver a sentarse, esto no tiene que ver con usted-dijo Martín suspirando.
-Gonzalo, puedes presentarte a tus compañeros…yo tengo que irme. Buena suerte chicos-dijo el director saliendo por la puerta.
Mientras la clase se calmaba, Gonzalo intentó visualizar a todas las chicas de aquel curso…ninguna parecía ser una princesa.
“Va a ser un trabajo duro encontrar la princesa de Neplaxía”-pensó Gonzalo frotándose la poca barba que tenía.


Capítulo 1 (Parte 8)

La clase estalló en una gran carcajada cuando, avergonzado, Martín contesto al teléfono saliendo de la clase apresuradamente.
Elena siguió haciendo su examen tranquilamente, la filosofía era su asignatura favorita por lo que no tenía problema con los exámenes. Por el contrario el resto de sus compañeros comenzaron a hablar en voz alta.
-¿De quién será la llamada?-le preguntó Eric a Elena mientras los demás seguían hablando en voz alta.
-Ni idea-le contesto suspirando- A lo mejor es su amante.
Eric sonrió sinceramente, cuando Elena se lo proponía podía ser muy graciosa, lo que provocaba que Eric volviera a ser por unos segundos; aquel chico del que Elena se enamoró perdidamente.
Pero Eric ya no podía volver a ser el mismo, había sufrido demasiado con el accidente que mató a sus padres por lo que se refugió en Elena saliendo con ella, cuando de verdad no sentía nada
“¿Por qué la sigo haciendo esto a Elena? No se lo merece”-pensó Eric observando cómo su novia escribía rápidamente la última pregunta del examen.
-¿Qué miras?-dijo su novia sonriendo mientras se estiraba.
-Nada, esperaba a que terminaras el examen para hablar de algo.
¿Se lo iba a decir ahora? Puede que no fuese el mejor momento, pero después de salir con ella dos años la había cogido mucho cariño y no podía seguir mintiéndole; debía cortar con ella.
-¿Sobre qué?-pregunto Elena frunciendo el ceño, pero sin perder su sonrisa.
Cuando Eric estaba a punto de  abrir la boca para romper su relación con Elena, la puerta se abrió y tras ella apareció el profesor de Filosofía con el director, Francisco; por lo que Eric decidió hablar con Elena en otro momento.
-Bueno días chicos.
-Buenos días-contestaron los que estaban prestando una mínima atención.

Capítulo 1 (Parte 7)

“Sólo guíate por tu corazón”-repitió Gonzalo en su mente las palabras de su padre. ¡Cómo si eso fuese tan fácil!, cabía la posibilidad de que sus instintos fallasen y se equivocase de mujer.
-Sí, pero tú no eres de la realeza. No te compares con la princesa, ella nos sacará de este sufrimiento.
Silvia, madre de Gonzalo, observaba la escena en silencio…tanto ella como su marido sabían el destino que les esperaba a Gonzalo y a la princesa.
-Mama ¿Qué ocurre?
Gonzalo se levanto de la mesa donde estaba desayunando y fue a ver a su madre, sentada en el sofá, que estaba empezando a sollozar.
-Nada, no te preocupes…solamente me da pena de que te vayas tan lejos y quien sabe por cuánto tiempo.
-Tranquila-dijo abrazándola-volveré lo antes posible, no dejaré que esa princesa me haga perder mucho tiempo.
Dumanto tuvo que contenerse por no abofetear en ese momento a su hijo. ¿Cómo se atrevía a hablar así de alguien como su princesa? Dumanto sabía la toda la verdad y todo lo que pasaría en un futuro, su mujer sólo sabía una parte y no era del todo cierta.
Un poco más tarde, en la tierra…
Martín había decidido hacer un examen inicial de filosofía a toda la clase esperando a que el nuevo alumno del instituto llegará ¿Cómo podía llegar tarde el primer día de curso? Eso era imperdonable.
El silencio que se había creado en la clase fue interrumpido por el tono de llamada de un móvil; a Elena se le aceleró el corazón, pensando que era el suyo, por lo que aprovecho la confusión para echar un rápido vistazo a su móvil para comprobar que no era el suyo.
-¿De quién es ese móvil?
Martín se levantó enfurecido por la desfachatez que había tenido alguno de sus alumnos de dejar el móvil encendido en clase.
-Martín, me creo que es el suyo.
Verónica habló delante de toda la clase, dejando a su padre blanco como la pared al comprobar que su hija tenía razón y la música procedía de su móvil.

Capítulo 1 (Parte 6)

Elena le fulminó con la mirada, ya que no entendía la actitud de Eric ante su amigo Héctor ¿Qué importaba si era homosexual o no? Ella lo seguía adorando.
“Yo por lo menos no soy tan gilipollas como para no ver la novia tan maravillosa que tienes”-pensó Héctor, pero sabía que no se atrevería a decírselo nunca a Eric mientras estuviese con su amiga, no la quería hacer daño de esa forma.
-Eric ¿Por qué no te vas con tu “nueva” amiguita?
La pregunta de Elena pillo por sorpresa a sus amigas que sonrieron, aunque las tres sabían que después esas palabras quedarían olvidadas y darían paso a los besos y abrazos.
-Te quiero demasiado como para hacerme amiga se esa niñata.
Héctor puso los ojos en blanco y le dijo algo a su amiga al oído, la cual sonrió y corrió hasta los brazos de Eric.
Rebeca observaba la escena con el semblante serio. ¿Cómo podía haber cambiado tanto Eric? Del chico del que se había enamorado Elena, ya no quedaba nada; ya no era el mismo chico que te echaba una mano aunque no tuviese tiempo, ahora te dejaría tirado en la calle si eso estuviese en su mano.
En ese mismo momento, en otro lugar, en otro mundo…
-Llegarás tarde como no te des prisa.
El duque Dumanto intentaba que su hijo desayunase lo antes posible, no llegaría a tiempo a la Tierra como siguiera comiendo tan lento. El viaje desde Neplaxía hasta la Tierra era largo y agotador, el duque Dumanto lo sabía bien…hace diecisiete años tuvo que llevar a la heredera y salvadora del mundo de Neplaxía.
Después de que los reyes murieran, los Podriels se apoderaron de Neplaxía convirtiendo a los supervivientes de la gran guerra, entre Podriels y la realeza, en esclavos de estos. Algunos supervivientes lograron escapar y esconderse en lugares donde jamás serian encontrados.
-Todavía no entiendo porque tengo que ir a la Tierra y traer a la princesa ¿Por qué se fue? Que yo recuerde a mi no me escondieron en un planeta tan alejado de este y pude haber muerto; que ella hubiese aceptado las consecuencias.
Gonzalo, el hijo de Dumanto, era el encargado de volver a llevar a Neplaxía a la princesa, pero él no estaba de acuerdo y tendría demasiado trabajo. Su padre ni siquiera le había dicho quien era la princesa.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Capítulo 1 (Parte 5)

Elena apartó los brazos de Eric de su cintura y se dirigió a lo que sería su próxima clase hasta el próximo verano, entonces ya sería libre en la universidad que eligiese y sin tener que verle la cara a esa estúpida de Verónica.
Adriana, Aurora y Rebeca enseguida la dieron alcance, en cambio Eric decidió quedarse un rato más hablando con Verónica.
-Es estúpido, no te preocupes-dijo Rebeca al ver la cara desencajada de su amiga.
-¡No hables así de él! Sigue siendo mi novio.
-Y todavía no entiendo el por qué-dijo Adriana seriamente-¿Estas ciega, Elena? Eric se iría con cualquiera en menos de dos segundos.
-¡Jamás! ¿Os estáis oyendo? No decís más que gilipolleces.
Sus amigas decidieron guardar silencio, no podían hacerle entrar en razón. Sólo tenían dos opciones o demostrarle que Eric sólo era una cara bonita o encontrarle a Elena alguien mucho mejor y eso no sería muy complicado.
-Tienes razón, perdónanos. ¡El verano hace muchos estragos!
Adriana intentó solucionar lo de sus amigas, aunque ella sabía que llevaban razón ya que Adriana opinaba lo mismo. Eric sólo se aprovechaba de ella porque era una chica muy guapa, pero eso era todo lo que Eric sentía por Elena.
Las cuatro pasaron a su nueva clase sonrientes, cada una con un problema distinto, pero dispuestas a ser ellas mismas durante todo el año escolar. Porque eso sería lo único que no cambiaria a lo largo del curso, las eternas clases o ¿Había la posibilidad de que sí?
-¡Elena!
Un chico de la edad de Elena ya estaba en clase y se abrazó a ella nada más verla. Se llamaba Héctor, hermano de Cloe, una de las mejores amigas de Elena y la mejor consejera.
-¿A qué viene tanta efusividad?
-Ya está aquí nuestro amigo mariquita ¿Qué tal te va la vida Héctor?-dijo Eric entrando por la puerta.

martes, 22 de noviembre de 2011

Capítulo 1 (Parte 4)

-¿Qué dices? ¡Tú estás mejor!
-¿Y vosotras? ¡Estáis fabulosas!
Esta vez Rebeca se dirigió a sus otras dos amigas, Adriana y Aurora que la abrazaron “muy” cariñosamente.
Eric puso los ojos en blanco, estaba harto de que todos los comienzos de curso hiciesen lo mismo y lo peor de todo es que su chica estaba con esas idiotas, sobre todo Rebeca que nunca quiso nada con él por lo que tuvo que conformarse con Elena.
-Veo que han llegado puntuales, eso está muy bien.
El profesor Martín, de filosofía, acababa de hacer su aparición en aquel grupo de amigos tan peculiar y con él su queridísima hija, Verónica.
-Hola Eric ¿Qué tal estas?
Elena odiaba aquella chica ¿Cómo podía flirtear con Eric delante de ella? Pero lo único que la recompensaba es que su novio también la odiaba.
“Verónica está irreconocible”-pensó Eric observando a Verónica de arriba abajo. Había cambiado mucho y si hasta ese momento la chica más guapa había sido su novia, ahora tenía sus dudas.
-Bien, pero no tan bien como tú.
Elena intentó controlar su sorpresa y su rabia ¿Por qué Eric le había dicho eso a Verónica? No se lo podía creer por lo que le dio un suave codazo en las costillas lo que hizo que Eric frunciese el ceño en señal de dolor, pero no dijo nada.
-Déjense de tonterías y vayan pasando a su clase…por sí no lo saben todavía voy a ser su tutor este año.
El profesor Martin intentó mantener la calma al comprobar como uno de sus alumnos intentaba ligar con su adorable niña ¡Sólo era un cría! ¿Cómo se atrevía aquel individuo a decirla esas cosas?
“Lo siento, Elena…este año haré que tu y Eric rompáis y no podrás hacer nada para evitarlo”-pensó la mente malévola de Verónica sin saber lo que su padre estaba pensando en ese mismo momento de ella.


Capítulo 1 (Parte 3)

-Venga, vístete o llegarás tarde-le ordenó su madre.
De camino al instituto con una moto azulada…
Elena encendió su Mp3 y lo puso al volumen máximo mientras esperaba a que él último semáforo se pusiese en verde; después de él sólo tendría que doblar una calle y llegar a su instituto.
A lo lejos divisó a sus amigas y junto a ellas, Eric…lo quería demasiado desde siempre y hacían una pareja estupenda y perfecta, era normal que Verónica los envidiase.
Aparcó la moto ante la mirada de todos aquellos chicos y chicas que entraban al instituto, aparte de ella, Rebeca, una amiga suya, era la única que tenía moto.
Eric fue el primero en verla, era la chica más guapa que había en todo el instituto y era para él ¿Qué más daba si la quería o no? Lo importante es que estaban juntos.
-Hola, cariño
Después de las palabras de Elena, ella y Eric se besaron ante los suspiros de las amigas de ella. Adriana y Aurora sabían de sobra que Eric no la quería, qué sólo estaba con ella porque no había otra que lo aguantase.
-Hola chicas-dijo Elena abrazándolas.
-Hola guapísima ¡Qué bien te ha sentado el verano!-dijo Aurora haciendo que Elena diera una vuelta sobre sí misma.
-¿Me decís a mi? ¿Os habéis visto vosotras? ¡Estáis buenísimas!
Las tres amigas soltaron una gran carcajada ante la atenta mirada de Eric, que abrazó a su novia por detrás apoyando su barbilla en la cabeza de ella.
-Es una suerte que nos haya tocado juntos de nuevo en la misma clase ¿Verdad?
Adriana y Aurora asintieron ante la pregunta de Elena que sonrió observando como una moto, color lila oscuro aparcaba al lado de la suya.
Rebeca se acercó al grupo donde estaba Elena “¿Sigue saliendo con Eric?-pensó.
-Hola princesa ¡Qué guapa!-dijo Rebeca abrazando a su amiga.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Capítulo 1 (Parte 2)

Antonio, el padre de Damián y Elena, observaba la escena con una gran sonrisa; era el primer día de otro curso y había olvidado lo divertidas que eran las discusiones entre ellos dos por las mañanas.
Elena tiró unos cuantos pantalones en su cama, ninguno la convencía demasiado para ponerse el primer día de su segundo de bachiller ¿Lo bueno? Vería a sus amigas y a su chico, Eric. ¿Lo malo? Ver a la envidiosa de su enemiga, Verónica o como a sus amigas y a ella las gustaba llamarla Malónica.
Al final encontró lo que tanto deseaba, unos pantalones vaqueros blancos y un top rosa que le favorecía bastante.
Salió de su habitación, no sin antes hacer su cama y recoger todo lo que había puesto sobre ella, era una de las pocas cosas que no soportaba, el desorden.
-Hija ¿Quieres que te lleve en coche al instituto?-le preguntó su padre.
-No, iré en mi moto.
Antes de salir Elena le sacó la lengua a su hermano que le correspondió levantando cariñosamente el dedo corazón.
Bajando por las escaleras, Elena encontró uno de sus dibujos tirado. “Voy a matar a mi hermano”-pensó recogiendo el dibujo y guardándolo cuidadosamente en la bandolera que le había preparado su madre.
En la casa de Elena, después de que está se haya marchado.
-Has empapado la cama de tu hermana ¿Antes aquí no había un dibujo de un castillo hecho por ella?
María se encontraba secando la cama de su hija con un secador, una idea un poco estúpida, pero no le apetecía deshacer la cama que tan bien había hecho su hija mayor.
-Lo siento mama, pero es que ella…
-No me lo digas, se mete en tus sueños y los convierte en pesadillas ¿Verdad?
Damián sonrió al recordar esa escusa que había utilizado en años anteriores mientras se sentaba en la silla que tenía su hermana en la habitación.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Capítulo 1 (Parte 1)

-Hija llegarás tarde.
La madre de Elena salía y entraba de la habitación de su hija intentando prepararle todo para el primer día de su último año en el instituto.
Su padre desayunaba tranquilamente en el comedor observando cómo su hijo pequeño, Damián, intentaba pasarse el nivel de un juego mientras terminaba de desayunar.
Damián terminó de desayunar y así su tiempo para jugar a nuevo juego que estaba causando furor entre los niños de doce años, por lo que se levanto de la mesa, cogió la jarra de agua que había sobre ella y se encaminó al cuarto de su hermana mayor.
La puerta se abrió por milésima vez aquella mañana, pero esta vez no era su madre sino otra persona ¿Su padre? No, estaría demasiado ocupado desayunando ¿Su hermano? Jamás, Damián sabía que Elena lo mataría como pisase un solo centímetro de su habitación.
La jarra de agua se derramo en la cara de Elena, que se incorporó de golpe con una expresión de sorpresa en la cara.
-¡Inútil! Te la vas a cargar-gritó Elena despojándose de las sabanas.
-¡Mama! ¡Socorro! Elena me quiere matar.
El niño salió corriendo hacía su madre y se encendió detrás de ella, mientras Elena intentaba agarrarlo por la solapa de la camisa.
-Ya está bien. ¿Qué ha pasado?
-¿Qué qué ha pasado?-dijo Elena señalándose la cara-¿Bromeas?
-No vuelvas a hacerle eso a tu hermana, ahora Elena vístete o llegarás tarde-María, madre de Elena y Damián, intento poner orden.
Elena miró el reloj del comedor, las ocho y diez ¡No era posible! Había quedado con Aurora y Adriana a y media ¿Cómo sería capaz de llegar en menos de media hora?
-¿Por qué no me has llamado antes, mama? Te dije que quería llegar pronto, he quedado con…
-¿Con tu novio? ¿Cómo se llamaba? Ah, ya me acuerdo…Eric-sonrió Damián maliciosamente.
-Haré como si no hubieses dicho nada y me iré a mi habitación a vestirme
Antonio, el padre de Damián y Elena, observaba la escena divertido; era el primer día de otro curso y había olvidado lo divertidas que eran las discusiones entre ellos dos por las mañanas.

Prólogo

Prólogo
Año 1993
En el palacio de los reyes de Neplaxía, el duque Dumanto documentaba al rey  sobre lo que estaba sucediendo en aquel mundo, su mundo. Una amenaza de la banda más poderosa de aquel lugar, los Podriels que sólo pararían al ver a la única hija del rey, Leonardo, muerta.
-No es posible señor, acaba de nacer la princesa, su única hija…la heredera ¿Qué pasará ahora con ella?
-La enviaremos al único lugar donde sabemos que estará segura, por lo menos durante un tiempo. La tierra es el único mundo donde nunca se atreverán Los Podriels a matar a nuestra querida hija.
-¡No! No lo permitiré-la reina gritó llena de furia-no pienso dar a unos estúpidos humanos a mi único tesoro.
-¿Prefieres que muera?
La mujer, la reina Isabella, decidió entrar en razón tras las palabras de su marido y bajar la mirada sentada en aquel trono color azulado que ella misma había elegido.
-Está bien. Dumanto, lleve a mi hija con una familia que la quiera y la cuide, por favor se lo pido como reina y se lo suplico como madre.
-Como ordene-el duque hizo una cordial reverencia-le prometo que estará en buenas manos hasta que todo esto pase.
La reina asintió y una lágrima le recorrió la mejilla cuando se levantó para dar, el que sería el último beso a su hija; ya que después de que la heredera saliera de aquel mundo, los Podriels se harían con el poder y los reyes morirían intentando salvar su planeta.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Neplaxía

Queridos lectores o Queridas Lectoras

Me gustaría informarles de que este blog esta abierto a sus opiniones sobre la nueva historia que va a quedar impresa en este blog. "Neplaxía"
Una historia nueva, fresca y que espero que les enganche desde el primer momento.
No me entretengo más, mañana mismo empezará esta maravillosa historia con un prólogo.


Mi e-mail por si quieren contactar conmigo: unaprincesaconvaqueros@hotmail.com

Besos y Abrazos

P.D.: ¡No se la pierdan!